viernes, 19 de agosto de 2011

CARLOS ÓRDENES PINCHEIRA (Chile-1939)



CARLOS ÓRDENES PINCHEIRA es un poeta chileno nacido en 1939. Amigo de grandes personajes de la literatura chilena y conocedor de la agria historia de su patria.
Ha publicado: Grillos en el alma (1962); Lagarto (1963); Llanto milenario (1967); Eternidad (1967); La tierra pide silencio (1974); El viajero iluminado (1975); El cielo sobre los árboles tiembla (1997); Dios en el aire sobre un trino (1997); Alguien camina sobre mi tumba (1998); Firmamental agonía (1999); Llanto milenario (2000); Brizna en la noche sobre el pasto (2000); Poemas para una estancia diluida (2001); De las bestias al hombre (2001); Poemas del monstruo de la laguna verde (2003); La ciudad soñada (2004); La patria que no tenemos (2004).


 

BAJO NUBES

He ahí
el camino: aún procuro
encontrar llaves,
astros, albas cadenas...
La noche gira en un sollozo...


AQUELLA ENMOHECIDA LUNA...

Vuelve aquella enmohecida luna
que oculté bajo la almohada,
niño-cielo
montado en asombros.
Una puerta cerrada
me deshace los ojos. Un perro
se detiene
a lamer los talones de la noche.
Me encuentro en extraña selva y
escucho, comprendo:
la tierra es una sola guitarra
repleta de luciérnagas...


ETERNO LLOVER


Lejos de mi propia estatura,
derrotado por visiones,
cierro los ojos
para no ver
la mísera caminata
que me conduce hacia vedadas oscuridades.
Hace centurias
que llueve sobre mis hombros.


CÍRCULO

Andar
miles de kilómetros
sin mover un solo pie...
Desde el povo jamás se alzarán
manos alas rostros dioses...

Se debe asumir una estepa dura:
en la otra orilla
sólo el viento canta...


SEÑAL

Nunca tuve patria que avalara mis horizontes.
Al nacer
me esperaba una tierra surcada de máscaras, cementerio
de ilusiones
donde entre ratas y relámpagos
la miseria alzaba su tiniebla olorosa a muerte...
Mientras pasaban papeles y números y
en las calles
lloraban infelices engendros,
yo sólo era un trozo de vida doliente
entre el barro
la lluvia el frío el hambre...

Tampoco tengo patria ahora que me voy alejando...
Haber nacido fue un accidente, un error
la caída en esta costra planetaria
donde la injusticia
es una hechicera de uñas alargadas hacia los desposeídos...
Dejo mi palabra
Tal vez algún triste atienda mi señal cuando ya no esté...



ALFORJAS VACÍAS

Pastor arreando arreboles
Un vaso de sangre se balancea sobre las olas
Un barco repleto de gargantas aserradas
pareciera hundirse
entre las patas del horizonte... Nada importa ahora
si las gaviotas desdeñan los peces y
se abalanzan sobre sueños truncos.

En la arena llora un niño que ya se fue. Dos enamorados
se suicidan
mirándose los ojos y las manos...
Comienzan a trotar armónicos los caballos de la noche.
El viento olvidó la letra de la última canción,
se ha detenido a susurrar,
una estrella se aleja y
muere en el pecho del mar...
Toda la belleza del planeta está presente
en este cerro arbolado y solo.
Aún no quisiera vivir más allá del silencio,
antes debo grabar en tu alma
un poema que te sostenga
cuando en el infinito se pierda mi voz...
Tú ya sabes,
acercándome estoy con mis alforjas vacías:
nada coseché
en la chacra de la demencia colectiva...
 

editor

lunes, 8 de agosto de 2011

ESTUDIANTES Y CONSEJO DE LA CULTURA




Por Alejandro Lavquén
Agosto 06/ 2011


Tatiana Acuña, secretaria ejecutiva del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, dependiente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, encabezado por el ministro Luciano Cruz-Coke, ha dicho, para referirse al movimiento estudiantil, y específicamente a Camila Vallejo, que “se mata la perra y se acaba la leva”; es decir, la misma frase que ocupó Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973 cuando pretendía ofrecer un avión al presidente Allende para viajar a México y que luego sería derribado, “cuando vaya volando se cae…”, agregó el golpista en aquella ocasión. Pues bien, los dichos de la señora Acuña reflejan sencillamente el pensamiento de la derecha, sólo que ésta, en su conjunto, se guarda de decirlo públicamente. Esto, sumado a la violenta represión de carabineros, y las descalificaciones del movimiento estudiantil por parte de defensores del régimen pinochetista-portaliano, como lo son Sergio Melnick, Jorge Edwards, Alberto Cardemil, etcétera, dan cuenta del escenario futuro: Represión en todas sus formas, incluida la farándula (represión subrepticia), que es una manera de desmovilizar y censurar, anteponiendo la paja al trigo. El ministro Luciano Cruz-Coke ha rechazado los dichos de la señora Acuña. Pero seré sincero, no le creo al ministro, pienso que sólo lo hizo porque no le quedaba otra salida ante el rechazo mayoritario de la opinión pública. Y además no le creo por las irregularidades, dentro de su ministerio, que ha dejado sin sancionar. No le creo nada a la derecha pinochetista, no olvidemos que ellos fueron cómplices de las violaciones a los derechos humanos.

Es hora de que en Chile las cosas retomen el rumbo que nunca debieron perder el 11 de septiembre de 1973. Basta de eufemismos y temores de luchar por la libertad, hay que decir y hacer las cosas por su nombre. El escritor Jorge Edwards, en su columna del vespertino La Segunda, del viernes 5 de agosto, ha dicho que los estudiantes están politizados, que son manipulados, ignorantes y flojos. Edwards es un regalón del ministro de cultura. Lo que aquí se vislumbra es que, junto a la represión física, comienza con fuerza la represión intelectual en “democracia”. Yo me pregunto qué dirán los consejeros del libro que trabajan con la señora Acuña y forman el consejo, me refiero, por ejemplo, a los dos representantes de la Sociedad de Escritores de Chile, el de los Editores de Chile, los representantes de los rectores, del Colegio de Profesores o de la Cámara Chilena del Libro. Sería interesante saber sus opiniones, sobre todo la de los escritores. La derecha pretende denostar culturalmente al movimiento social y a los sectores de izquierda, de manera tendenciosa, acusándolos de lo que ellos mismos son los únicos culpables. Lo lamentable es que han logrado que algunos se avergüencen de ser de Izquierda o luchadores sociales, pero eso debe acabar, no hay nada que temer cuando se lucha con la verdad en las manos. En Chile la derecha ha saqueado a su antojo, y más encima se sienten perjudicados; o sea, corten ustedes el hueveo y devuelvan lo que le pertenece a todos los chilenos, empezando por la educación pública gratuita.


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